Los nuevos Ferran Adrià…

A unos niños de 6 y 4 años, como podrían ser Martí y Nil, les dejas solos un rato, con ingredientes culinarios a la vista, y al cabo de un rato, te han hecho una sopita (la de la frase de la foto adjunta) para chuparse los dedos. Bueno, sus dedos, porque yo…no la pienso probar. Ahora entiendo porque ellos no quieren probar depende qué cosas y dicen que son «asco ‘. Cuando les he dicho que cómo es que esto se lo comen y lo que les damos Mariona y yo, no; va Martí y me suelta: «Porque esto lo hemos hecho nosotros». Vamos, en resumen, que su criterio gastronómico es mejor que el de sus padres. Puede ser. Pero dejadme que lo dude. O no.

PS: Volver de escribir el post a la terraza donde estaban haciendo la sopita y encontrármela llena de agua, con los dos corriendo desnudos con dos botellas de agua mientras gritan que se están bañando. Está pasando. Ahora mismo. Y cuando vuelva, no sé qué me encontraré. No he gritado. Respiro. 1, 2, 3, 4, …

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