¿Dónde están los límites?

La pregunta, no debería ser donde, sino cuando! Y porqué? Porque los límites son móviles, evolucionan. El problema principal que tenemos las personas es no conocer nuestros propios límites. También, y casi más importante, es no saber que estos límites cambian. Cada día somos una persona diferente, con nuevos conocimientos, nuevas competencias, nuevas aptitudes…
…y, de vez en cuando, deberíamos revisar nuestros propios límites. Llevarlos al límite. Nos daremos cuenta de que somos capaces de hacer muchas cosas que no sabíamos que podíamos hacer.
Conocer los límites es importante. Para saber si los estás pasando. Para saber si arriesgas demasiado. Para saber si los estás desperdiciando. Vivir al límite no es ser un temerario. Es aprender hasta donde podemos llegar, y llegar.
Yo, quiero que mis hijos lo aprendan. Que aprendan a vivir «con creces». No sé si lo conseguiré pero lo probaré. Les pongo límites para que sepan cuando se los pasan. Y ellos…ellos…también me ponen al límite. Pero esto sería otro post. O no.

Deja un comentario