De emociones y macarrones de lacitos.

Hoy es he acompañado al «Casal de Verano».
Hoy llevaban fiambrera (tupper por quien sea muy joven…jajaja).
Hoy llevaban macarrones rizados, o de lacitos, o de algo con tomate y lomo…en trocitos. Y galletas.
Hoy cuando hemos subido al coche los 3, Martí me ha dicho:
«Papá, hoy tengo una emoción muy grande porque comeré de la fiambrera! Qué emoción! Es muy guay ser pequeño porque tienes estas emociones. Bueno, cuando eres mayor también, por ejemplo, cuando eres mayor, si te quieres comprar un coche y lo encuentras muy barato, tienes emoción…»
Y yo le digo: «Martí, la clave cuando te hagas mayor es que te sigas emocionando cuando comas macarrones rizados de una fiambrera. Esta es la clave «. (NOTA MENTAL: Me he sentido un poco como una mezcla de Miyagi de Karate Kid y Paulo Coelho).
Y Martí: «Sí papá, lo haré! Qué emoción! Te quiero mucho papá »
Y yo: «Yo también Martinet».
Mientras tanto, en el asiento de al lado de Martí, estaba Nil, con la misma fiambrera, los mismos macarrones rizados y mirándonos con cara de no saber muy bien qué coño estábamos diciendo. Estaba emocionado por dentro, supongo…porque él fue el promotor de comer toda la semana con fiambrera!

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